martes, 30 de junio de 2009

Amanece sin pensar.


Hace días que me planteo cómo será esta vez.
No he terminado la maleta y faltan 7 horas justas, no es que no quiera, simplemente no se que quiero. No sé si lo mejor será hacer que soy vulnerable a las cosas que son importantes, o mejor será olvidar rápido. Pero eso es fácil decirlo.
Aún no me he hecho a la idea de lo que va a pasar. No estoy nerviosa, ni siento nada raro. Ni siquiera incertidumbre. Pero sí sé de qué manera volveré a casa, aunque no conozca a nadie aún.
Soy así, nadie puede cambiarme. Gané una medalla de papel a la más sensible, y quizá ese fue el premio más importante de mi vida.
Me siento extraña. No sé cómo plantearme la situación, creo que me escondo a mi misma este viaje, lo voy apartando para no pensar. Quizá pensar en los momentos vividos hace casi un año.
Como dije hace un tiempo las cosas van y vienen, nada se puede esperar de nada.
Otro año más que pienso que viviré el mejor verano del mundo.
Pero, creo que ese ya pasó.
Está amaneciendo y sigo con la maleta abierta. Me falta meter mi cabeza.

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granitos de arena que se cuelan entre las sábanas