Créeme puedo recorrer el mundo en furgoneta y comerme las capitales del mundo, que no me va a volver a pasar eso. Es más, puedo ser capaz de no llegar a verte nunca más y no necesitar ese aliento que tú me dabas cuando no podía respirarlo por mi misma.
Que no, que no tienes nada especial. A la vuelta olvidaremos emociones y ya ni me acordaré de tu nombre, y no preguntes, que no me sé ni el mio.
Me ha dado por olvidar, sí, qué pasa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
granitos de arena que se cuelan entre las sábanas