lunes, 11 de octubre de 2010

ya no es septiembre nunca más

Acabo de imaginarte cerrando los ojos con mucha fuerza como cuando te tiras de bomba en la piscina. Y me sacudes hasta a mi, como si me arrastraras todo el impacto.
Yo mientras te miro y te aparto un mechón de pelo. Negro. Me encanta tu pelo.
No me gusta verte triste, tener que mirarte mientras no me dices nada. Me sonríes. Pero tus lágrimas no me mienten. Basta ya. Joder, deja de llorar. ¡Pero si eres la persona que más orgullosa de sí misma tiene que sentirse!- te grito.
Lo más doloroso es que no sé que no se trata de ti.
Te invito a un caramelo de limón, que siempre nos quita las penas. Y tu pelo sigue inmóvil. Ahí, tan quieto. Se deja llevar por las gotitas de lluvia que caen de tus ojos. Si te veo llorar, yo también me pongo triste. Porque no te lo he dicho nunca, pero yo también tengo penas dentro.
Al final somos dos llorando mientras chupamos caramelos de limón. Las penas son más bonitas ahora- decía mi mamá.

1 comentario:

  1. ¡NO SABES CUANTO DE AÑORABA,LILI!
    Gracias por haber vuelto,de verdad!
    :)

    ResponderEliminar

granitos de arena que se cuelan entre las sábanas