Se nos iba la vida en lo que apenas pusimos empeño. Se nos fue todo con un sueño que se cumplió sin ningún esfuerzo. Es lo que queríamos, y lo dejamos todo por tenerlo. Ahora me lo repito una y otra vez en la pensión donde nos veíamos cada noche. No sé si mereció la pena dejar lo que siempre quisimos. Ahora lo tenemos y no nos importaría apartarlo.Eres un caprichoso, y tú una caprichosa. Y no dejaremos de serlo hasta que se nos cruce algo que no podamos cumplir.
Casualidades se llamaba nuestra novela, y no veo el fin.
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granitos de arena que se cuelan entre las sábanas