jueves, 26 de agosto de 2010

miedo.


No era preciso ese momento para preguntarme por mis miedos. Una pregunta idiota que me recorre la médula en un segundo. Que tú no sientes, pero que yo ardo por dentro. Y cuando menos te lo esperas. Cuando respiras. Mi subconsciente esta preparado para la respuesta más inútil, la más mentirosa.
Odio decirlo. Odio que de mi boca salga esa frase. Que me veas llorando. Odio esconderme. Cuando me tapo con la manta y finjo que ya no soy yo, que no me conoces. Cuando te digo al oído que quiero escaparme. Que nunca me atrape. Que necesito unos años más. Que alguien consiga quererme. Enamorarme, por fin. Tener un plan B alguna vez en mi vida. Besarle bajo la lluvia. Cantar en un local. Ver mis peliculas favoritas veintemil veces. Componer cien canciones más. No desaparecer.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

granitos de arena que se cuelan entre las sábanas