domingo, 3 de octubre de 2010

un incendio en un segundo


Puede ser ahora, mañana, o dentro de ocho segundos. Eso da igual. Escaparse no tiene hora, ni límite, ni tu vida lo va a saber hasta que se encuentre en ese momento. Ni te vas a dar cuenta hasta que no lo tengas de frente, al tiempo, a ese que nos ha robado la vida, gota a gota, incendio tras incendio, y se alimenta de lo que tú pierdes, de lo que dejas por hacer. El tiempo no cura, no te equivoques. En realidad es una maldita sanguijuela que te chupa todos los segundos del mundo, y tú sin darte cuenta.
Pero a veces hay maneras de plantarle cara, de deformarle el rumbo, de acabar con sus ganas de aniquilarte los minutos. Puede ser ahora, mañana o dentro de dos sengundos.
Ese instante nos sirvió para estar ahora mismo aquí. Conseguí retroceder. Y ahora vuelves a tocarme tu canción, a desvanecerte de nuevo. A desaparecer como siempre. Pero ahora, esa tormenta de arena, el incendio, es de los dos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

granitos de arena que se cuelan entre las sábanas