domingo, 21 de noviembre de 2010

No puedo decir que sí



Mañana no madrugo. Ni tú. Acabo de darme cuenta de que mi vida se basaba en mendigar tus besos. Ásperos. De vez en cuando. Todavía no sé a qué saben.
Una cosa si tengo clara. No te conocía. Y tú no hacías por conocerme.
Maldito verano sumergido en mentiras.

1 comentario:

granitos de arena que se cuelan entre las sábanas