lunes, 29 de noviembre de 2010

Oye Jude, coge una canción triste y mejórala

Levantarme y que no hubiera pasado nada. Que aún siguiéramos aguantando la respiración debajo del agua. O escondiendo los pies en la arena de la playa. Que aún nos miraramos y ardiera el sol el un segundo.
Pego un salto y noto las heridas de guerra. Las costillas se me hunden en lo que fue un corazón. Tengo que recordarme que es lunes y que otro día más tengo que olvidar que te perdí en el camino. Cambio mis pensamientos. Aprieto fuerte los dedos de los pies y evito las contusiones mientras imagino que olía a galletas nada más salir de la ducha, y a esas con pepitas de chocolate. Imagino que sonaba "Hey Jude" y te veía bailar detrás de la cortina. Me acercaba y hacías como si no me hubieras visto. Me hacías bailar: "better, better, better..." Volábamos. Cómo sonreías. Se incendiaban tus ojos mientras dabas vueltas y tras la ventana, Madrid. Y yo la abría para que todo el mundo supiera que éramos felices cuando estábamos juntos.
Vuelvo a mi habitación, es tan temprano que no consigo abrir los ojos. Hubiera preferido hacer el fin de semana aún más largo, y seguir imaginándome otra mañana en tu ciudad, diferente a lo que pudo ser.
Pienso que te equivocaste cuando elegiste seguir tu instinto. Tus ganas de sentirte sin mi. De volar como nunca.
Sigo pensando que será mejor si sigo imaginándome otro fin de semana. Y mientras salgo de la habitación se me cuela dentro un estribillo: "naaaa na na na-na-na-ná..."

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granitos de arena que se cuelan entre las sábanas