¿Porqué embriagarme con perfumes si puedo tenerte aquí?
Como el césped debajo de tus pies. Y el olor a piscina. A capuccino. Ya no huelo ni a palomitas quemadas, ni a césped, ni a piscina. Y tú sabes porqué.
Por eso seguiré dejando palomitas horas y horas en el microondas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
granitos de arena que se cuelan entre las sábanas