Yo dejo que el agua corra

Yo dejo que el agua corra, que fluya entre nuestros dedos, como el fuego que no quema en las manos. Dejo que el tiempo pase, que ocurra lo imposible, que nunca se acerque lo imperdonable.

Yo busco entre los recuerdos, y los mantengo en el aire, quizá demasiado tiempo. Busco pedazos de tardes, y días grises en mi ventana. Recorro el porqué de las vidas que nunca importan, y de las que siempre influyen. Pero no obtengo respuesta. A veces me pienso imparable y maldigo mi forma de ser. Me sumerjo en olas de lluvia y en imágenes en papel fotográfico.

Pero sea como sea, todo fluye como el agua entre las yemas de tus híbridos dedos, que ya no son capaces de frenar sus ganas.

Podemos seguir mirando por la ventana, al menos quedan rayos de sol cuando pienso que no existes.