viernes, 20 de noviembre de 2009

día trece, nublado


Se cuelan dos gotas de lluvia en una taza de café, y yo sólo alcanzo a ver que por muy cerca que estemos, tú ya no vas a volver. Los gatos maúllan desde fuera de la terraza y supongo que le pedirán a Dios que frene el torrencial. A mi ya me da igual, creo que ni siento que está lloviendo, a pesar de encontrarme empapada en el césped del jardín.
Me he puesto tus zapatos sin cordones, y ando arrastrando los pies como puedo. Pienso que nunca me imaginé echándote tanto de menos, ni si quiera cuando te fueras para no volver. Tú te hiciste especial, y nada podía impedirlo. Ahora lloro cuando miro el sofá donde dormías la siesta, y dibujabas los sueños que a veces cumplíamos.
Y se vuelven a colar dos gotas de lluvia en la taza de café, pero esta vez me doy cuenta, y desvío mi atención.
Le pido a Dios que pare esta tormenta.


2 comentarios:

  1. Creo que en mi lista de odios echar de menos ocupa uno de los primeros puestos.
    Me convierto en su seguidora Liliana. Un beso enorme :)

    ResponderEliminar
  2. Lily :) Antes de nada te pido disculpas por haber tardado tanto en contestarte. Ya me quedan pocos exámenes así que en breves podré pasar más tiempo en éstos mundos :D
    Lo segundo (que debería haber sido lo primero)es darte las gracias porque no sabes la ilusión que me hizo haber encontrado un copito de nieve tuyo :) Evidentemente me convierto en tu seguidora,y a partir de ahora espero poder dejarte muchos muchos muchos muchos comentarios y leer todas tus esencias.
    Un beso enorme.
    PD: Y gracias por hacer tan feliz a Albi con esos pedacitos de ti tan preciosos que le has enviado :)

    ResponderEliminar

granitos de arena que se cuelan entre las sábanas