Levantar la cabeza hacia el cielo blanco del techo del baño siempre me parece útil. Mientras se esfuma el vapor ardiente de agua y choca con las paredes, se piensa mejor, y más rápido. Y cuando sube tanto que atraviesa la cristalera parece que desaparece todo lo que nos hace indiferentes, y te haces tú, a ti mismo, desnudo y sin miedo, sin esa mierda que te frena todos tus impulsos.
Siempre que miro hacia arriba, y te veo envuelto en una nube de humo, intento recogerte con las manos. Pero te deshaces. Creo que es lo mejor que puede hacer el aire contigo.
hay un cierto individuo en mi vida que también quiero que se esfume.
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