sábado, 10 de abril de 2010

Levantar la cabeza hacia el cielo blanco del techo del baño siempre me parece útil. Mientras se esfuma el vapor ardiente de agua y choca con las paredes, se piensa mejor, y más rápido. Y cuando sube tanto que atraviesa la cristalera parece que desaparece todo lo que nos hace indiferentes, y te haces tú, a ti mismo, desnudo y sin miedo, sin esa mierda que te frena todos tus impulsos.
Siempre que miro hacia arriba, y te veo envuelto en una nube de humo, intento recogerte con las manos. Pero te deshaces. Creo que es lo mejor que puede hacer el aire contigo.

1 comentario:

  1. hay un cierto individuo en mi vida que también quiero que se esfume.

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granitos de arena que se cuelan entre las sábanas