miércoles, 22 de diciembre de 2010

mapas intersticiales

Tengo que admitir que sí. Que cuando no sé dónde andas, dónde escribes, si has acabado por olvidarme, por descubrir otras habilidades, por dejar de mirar el fin de todo esto, a veces, cuando no sé cómo encontrarte tecleo tu dirección en el navegador... y ¡PUM! En cuestión de segundos estoy sumergida delante de tu puerta, gracias a Google Maps. Por si vuelves, por si sales a pasear al perro, por si te veo subiendo al coche, por si sabes que te observo, y te das cuenta, y entonces ya puedo dormir tranquila. Aunque sin ningún motivo. O muchos. O ninguno otra vez. Demasiados.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

granitos de arena que se cuelan entre las sábanas