sábado, 12 de noviembre de 2011

la ciudad del viento. con salitre.

¿Qué pasa cuando el verano más intenso de tu vida nunca desaparece? Está ahí, y lo ves brillar de lejos y a veces hasta consigues rozarlo. Cuando dos años se convierten en dos días y ni te das cuenta de que han pasado tantas cosas. Ahora que lo tengo más cerca, la recuerdo tan bien... Aunque fuera en la cola del desayuno, con la bandeja y los ojos llenos de legañas, me gritaba su "te estaba buscando" y me despertaba automáticamente. No sé porqué os cuento esto ahora. A veces creo que la defraudo. Que no termino las cosas que le prometo. Que piensa que ya no es el infinito. Si ella supiera todas las cosas que soy desde esos quince días. Desde que cruzamos Oviedo escuchando a Quique en sus cascos. O en el autobús, haciendo como si nos hubiéramos conocido hace siglos y nos encontrásemos de nuevo tan lejos de casa. Verdaderamente era algo inexplicable. La sensación de no creerte que eso vaya a cambiar. Que llegues a casa y aún imaginarte que a la hora de la cena la vas a ver bajando las escaleras con su ipod y sus converse verdes, riéndose de todo lo que nos importaba tan poco. Hace tiempo que no pensaba en todos esos días. Lo cierto es que con ella siempre fue el mejor trozo del verano. En Plasencia, en Murcia, en Castellón. Siempre dispuestas a aprovechar el tiempo como si volviesen a ser esos quince malditos días que volaron sin darnos cuenta.
No me odies amorciño, que aquí hay una parte tuya.
PDT: Celeste te echa de menos.

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granitos de arena que se cuelan entre las sábanas